TAL VEZ
Si tú me hubieses dicho alguna vez
que me amabas,
si entre susurros entrecortados
me hubieses dicho que me amabas,
que tus noches eran eternas como el recuerdo,
que tus ojos al cerrarse me llamaban
y al llamarme desesperaban.
Si me hubieses dicho alguna vez
que un segundo sin mi presencia
era un martirio,
que tus manos temblorosas de deseo
se morían por tocar las mías
y al tocarlas un millón de mariposas
te invadían
en torrente eléctrico el vientre contraído.
¡Qué martirio, qué dulzura,
qué loca locura!...
si tú me hubieses dicho que me amabas
y que amándome no encontrabas momento del día
para besar mi imagen
que en el viento te seguía,
sin poder apartarme de tu mente
y que tu pecho se asfixiaba agonizante
si mi voz no inundaba tus oídos
con un te amo aferrado a mil suspiros.
Si tú me hubieses amado
de manera sencilla,
si me hubieses dicho
que la luna en el cielo no existía
porque yo la puse en tus ojos
y el sol en mi ausencia no alumbraba.
Si tú hubieses convertido
con tu sonrisa
en sinfonía la loca canción de la cigarra
y desesperada tejieses
con tus labios en mi cuerpo
un manto de ternura.
Si tú me hubieses dicho
que me amabas,
yo no hubiese sabido qué decir
aunque sé que en silencio todavía
con la cara sumergida en tu recuerdo
desde adentro de mi alma compungida
balbucearía lentamente
que yo también…
que yo también…
yo también te hubiese dicho
que te amaba.
que te amaba.
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