SI TU NO ESTAS

     Tú no sabes cuánto  me muero cada día porque no te tengo,

cuando me desangro en tristes versos si me pierdo tu sonrisa cotidiana,

cuánto se lastima mi ánimo si tu voz no deja caer dulcemente en mis oídos

cada letra de tu nombre.

     Tú no sabes cuánto lloro cada minuto si no estás conmigo,

cómo se vuelven eternos esos sesenta segundos

que afilados por la ausencia se incrustan en mi desesperación.

     Cada minuto, cada hora en que tus pasos desandan por mi vida,

en que tus manos dibujan otro amanecer que no es el mío;

cada minuto, sesenta segundos de frío, cada hora, sesenta minutos de locura.

cada día, veinte y cuatro horas de angustia cuando no estás a mi lado.

     Tú no sabes cuánto muero cada día extrañando tu aliento que ha de saber a riachuelo mañanero, que ha tener el gusto a vaho de montaña, a nube viajera, a acuarela de la tarde.

     Y mientras me quedo dormido, sesenta segundos laten en mi pecho para recordarme que eres un sueño eterno, un corazón de distancia, un beso prohibido.

Sesenta segundos  que yacen en tus labios cuando juegas al silencio;

sesenta segundos que se ahogan en tu boca interminables,

cuando quieren ser palabra.

     Tú no sabes cuánto me mata el tiempo cada sesenta suspiros,

cuánto me hiere la noche egoísta que se niega

a prestarme una estrella errante para viajar a tu lado

cada vez que me olvidas.

     Tú no sabes cuánto me mata el amor,

cuánto muero cada día por tenerte,

cuánto agoniza mi cuerpo sin el tuyo,

cuánto me dura un minuto que tengo guardado en el bolsillo,

cuánto me dura ese amor en el camino,

cuánto me duras tú cada día que me muero.